Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.
—Génesis 1.26–27
La mentalidad pecaminosa es muerte, mientras que la mentalidad que proviene del Espíritu es vida y paz.
—Romanos 8.6 (NVI)
PERMÍTEME CONTROLAR TU MENTE. La mente es la parte más inquieta e ingobernable de la humanidad. Mucho antes que hubieras aprendido la disciplina de controlar tu lengua, tus pensamientos se enfrentaban a tu voluntad y se levantaban contra mí. El hombre es el pináculo de mi creación y la mente humana es maravillosamente compleja. Yo lo arriesgué todo para que tuvieras la libertad de pensar por ti mismo. Este es un privilegio divino, separándote para siempre de los animales y de los robots. Yo te hice a mi imagen, peligrosamente cercano a la deidad.
Aunque mi sangre te ha redimido completamente, tu mente es el último bastión de rebelión. Ábrete a mi radiante Presencia, dejando que mi luz permee tu manera de pensar. Porque los que ocupan su mente en las cosas del Espíritu tienen vida y paz.
*Sara Young / Jesús te llama
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