Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho. Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos. Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados. Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida.
—1 Corintios 15.20–23
Tenemos como firme y segura ancla del alma una esperanza que penetra hasta detrás de la cortina del santuario.
—Hebreos 6.19 (NVI)
EL CIELO ES tanto presente como futuro. Mientras vas por la vida tomado de mi mano ya estás en contacto con la esencia del cielo: tu cercanía a mí. Debido a que la tierra está radiante y viva gracias a mi Presencia, podrás encontrar a lo largo del camino numerosos indicios del cielo. El brillo del sol despierta tu corazón, recordándote gentilmente mi luz radiante. Las avecillas y las flores, los árboles y el cielo invitan a elevar alabanzas a mi santo nombre. Mantén tus ojos y tus oídos bien abiertos mientras caminas conmigo.
Al final del camino está la entrada al cielo. Solo yo sé cuándo llegarás a destino, pero estoy preparándote para cuando llegue ese día. La certeza absoluta de tu morada allí te dará la paz y el gozo que te ayudarán a lo largo de tu peregrinaje. Quiero que sepas que llegarás allá en mi tiempo perfecto, ni antes ni después. Deja que la esperanza del cielo te dé ánimos mientras vas por la vida en mi compañía.
*Sara Young / Jesús te llama
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