lunes, 20 de enero de 2014

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Salmos 108

Nueva Versión Internacional (NVI)

Salmos 108

Firme está, oh Dios, mi corazón;
    ¡voy a cantarte salmos, gloria mía!
¡Despierten, arpa y lira!
    ¡Haré despertar al nuevo día!
Te alabaré, Señor, entre los pueblos;
    te cantaré salmos entre las naciones.
Pues tu amor es tan grande que rebasa los cielos;
    ¡tu verdad llega hasta el firmamento!
Tú, oh Dios, estás sobre los cielos,
    y tu gloria cubre toda la tierra.
Líbranos con tu diestra, respóndeme
    para que tu pueblo amado quede a salvo.
Dios ha dicho en su santuario:
    «Triunfante repartiré a Siquén,
    y dividiré el valle de Sucot.
Mío es Galaad, mío es Manasés;
    Efraín es mi yelmo y Judá mi cetro.
En Moab me lavo las manos,
    sobre Edom arrojo mi sandalia;
    sobre Filistea lanzo gritos de triunfo.»
10 ¿Quién me llevará a la ciudad fortificada?
    ¿Quién me mostrará el camino a Edom?
11 ¿No es Dios quien nos ha rechazado?
    ¡Ya no sales, oh Dios, con nuestros ejércitos!
12 Bríndanos tu ayuda contra el enemigo,
    pues de nada sirve la ayuda humana.
13 Con Dios obtendremos la victoria;
    ¡él pisoteará a nuestros enemigos!

Acabamos de pasar una temporada de fiestas. Temporada en la que es fácil agradecer y alabar a Dios por las muchas bendiciones que Él nos ha dado. Es fácil hacerlo cuando estamos sentados alrededor de una mesa rodeada de amigos, familia y cosas ricas para comer. Es fácil agradecer a Dios por la paz que nos da y nuevamente: por la familia, los amigos, la salud y la comida.

Sin embargo, a medida que las fiestas quedan atrás y nuestra rutina empieza a adquirir fuerza, es necesario hacer una pausa y ver qué es lo que incluye realmente la gratitud.

Puede que tengas padres mayores, que te llamen siete veces antes de las diez de la mañana, o hijos rebeldes que te quiten dolorosamente la paciencia, o compañeros de colegio, universidad o trabajo, que parecen hacernos las cosas sumamente difíciles. Qué pasa con tu gratitud cuando te ves corriendo todo el día para cumplir con tus obligaciones?

La gratitud es un camino de vida y pensamiento, no sólo una expresión verbal a Dios en ocasiones especiales. Cuando te estés afanando por cumplir con responsabilidades y  sientas que nada te resulta como habías imaginado, mantén tu mente en Dios y siéntete profundamente agradecido por TODO lo que EL te ha dado y ha permitido en tu vida. Agradécele por lo que te esté dando en ése momento. No sólo nos ha regalado la vida eterna con Él, sino que también nos ha permitido tener un camino de victoria y felicidad, acá en la tierra. Dios no desea vernos infelices ni afanados diariamente, sino que tengamos contentamiento, felicidad y paz, que vivamos PARA y POR Él.

Mantén un espíritu agradecido en tu mente! Te alabaré, Señor, entre los pueblos, y cantaré alabanzas a ti, entre las naciones ...

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