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Mateo 5:14-16

Reina-Valera 1960 (RVR1960)

La luz del mundo

14 Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder.
15 Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa.
16 Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.

Te fijaste que para navidad todo se repletó de millones de luces pequeñitas? Es uno de los motivos por los que me gusta ésta fecha. Encuentro que tanto los árboles como los balcones se ven preciosos con ésta decoración. Tengo afinidad con estas luces bonitas y pequeñas, nunca vi una que no me gustara!

Me gusta durante el año, mirar por la ventana y ver Santiago iluminado de noche. Me imagino a las personas tranquilas en sus casas, y pienso qué podrían estar haciendo. Seguramente están cenando con sus familias o listas para irse a dormir. Es una escena que me da paz, esa sensación de estar acompañada a la distancia. Me gusta pensar que son hogares cálidos, refugios a los que las personas recurren tras largos días de trabajo. Sitios de amor y unión.

Te fijaste que la luz se utiliza muchas veces para decorar? Como ornamento, o bien se asocia a la seguridad, a sitios habitados y libres de oscuridad.

Como esas luces, Dios ha colocado a los cristianos en el mundo para brillar en la oscuridad y atraer a otros a la salvación, a ompartir su Luz. ¿Con qué frecuencia crecemos que nuestra luz es tenue, o peor aún, nos convertimos en sitios de oscuridad en vez de brillar como Dios espera que lo hagamos para revelar su presencia?

Estoy segura de que, al igual que las pequeñas luces brillantes que vemos en Navidad inundando las calles, Dios espera que llevemos SU alegría, calidez y esperanza a otros.