Vosotros pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga a nosotros tu reino. Sea hecha tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. Danos hoy nuestro pan cotidiano...
Cómo estás orando? Le dedicas tiempo a tu comunión directa con Dios?
Recuerda que mientras más tiempo pasas con una persona, más logras conocerla.
Ábrele tu corazón, no dediques toda la oración a peticiones. Sé agradecido y exáltalo, tal como nos enseña Jesús en el Padre Nuestro.
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