"Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal: porque tuyo es el reino, y el poder , y la gloria, por todos los siglos. Amén"
En nuestra comunicación con Dios, es importante abrirle cuáles son nuestras tentaciones y pedirle que nos ayude a superarlas. Él es nuestro padre y conoce lo íntimo de nuestros corazones, pedirle cobertura es una de las mejores decisiones que podemos tomar.
Sé sincero con Él, establece un vínculo de intimidad que no podrías crear con otra persona. De modo que el puente entre ustedes sea sólido y busques recurrir allí en los momentos fundamentales de tu vida.
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