"Y saliendo ellos, he aquí, le trajeron un hombre mudo, endemoniado. Y echado fuera el demonio, el mudo habló; y las gentes se maravillaron, diciendo: Nunca ha sido vista cosa semejante en Israel. Mas los fariseos decían: Por el príncipe de los demonios echa fuera los demonios. Y rodeaba Jesús por todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y todo achaque en el pueblo. Y viendo las gentes, tuvo compasión de ellas; porque estaban derramadas y esparcidas como ovejas que no tienen pastor"
Qué bendecidos somos al contar con Él, con su incondicionalidad, misericordia y fidelidad, pese a cómo actuamos.
Tenemos el mejor de los mapas y la posibilidad de recurrir a Él en cualquier momento.