El corazón alegre constituye buen remedio; mas el espíritu triste seca los huesos.
—Proverbios 17.22
Se reviste de fuerza y dignidad, y afronta segura el porvenir.
—Proverbios 31.25 (NVI)
«¡Miren! ¡La virgen concebirá un niño! Dará a luz un hijo, y lo llamarán Emanuel, que significa “Dios está con nosotros”».
—Mateo 1.23 (NTV)
Vengan a mí los que estén cansados y afligidos y yo los haré descansar. Lleven mi yugo y aprendan de mí, que soy manso y de corazón humilde. Así hallarán descanso para el alma, poque mi yugo es fácil de llevar y mi carga es ligera.
—Mateo 11.28-30 (NBD)
APRENDE A REÍRTE de ti mismo más libremente. No te tomes, ni a ti ni a tus circunstancias, demasiado en serio. Relájate y recuerda que yo soy Dios contigo. Cuando desees mi voluntad sobre todo lo demás, la vida se hará mucho menos amenazante. Deja de monitorear mis responsabilidades, lo que está más allá de tu control. Encuentra la libertad aceptando los límites de tu dominio.
Reír aliviana tu carga y eleva tu corazón hasta lugares celestiales. Tu risa sube hasta el cielo y se mezcla con las melodías angelicales de alabanza. Así como los padres se alegran con la risa de sus hijos, así yo me deleito al oír la risa de los míos. Me regocijo cuando confías lo suficiente en mí como para disfrutar tu vida con cierta frivolidad.
No pierdas el gozo de mi Presencia llevando sobre tus hombros el peso del mundo. En lugar de eso, lleva mi yugo y aprende de mí porque mi yugo es fácil de llevar y mi carga es ligera.
*Sara Young / Jesús te llama
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