“¿Por qué miras la paja que hay en el ojo de tu hermano y no ves la viga que está en el tuyo? ¿Cómo puedes decir a tu hermano: “Hermano, deja que te saque la paja de tu ojo”, tú que no ves la viga que tienes en el tuyo? ¡Hipócrita!, saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la paja del ojo de tu hermano”
Solemos criticar a los demás y sentir que nos dañan con sus actos y/o palabras. Te has puesto a pensar que tal vez los defectos que ves en otros son los mismos que tienes tu?
Necesitamos tener una relación profunda con el Espíritu Santo y pedir que sea ÉL orientándonos acerca de nuestras conductas y decisiones, que sea ÉL transformando nuestro carácter y quienes nos rodean puedan percibir el amor de Cristo actuando en nosotros.
Es archi conocida la frase: "no hagas lo que no te gustaría que te hicieran" Solemos pasar por alto los defectos de otros cuando nosotros no tenemos la misma debilidad, pero nos molesta en sobremanera cuando vemos actitudes que sí poseemos.
Realiza una introspección diaria y pregúntate qué actos -conscientes, inconscientes o de omisión- pueden afectar a las personas con las que te relacionas.
Pídele a Dios que te rebele las áreas de tu carácter que requieren transformación.
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