Lc 7:44-50
Y vuelto a la mujer, dijo a Simón: ¿Ves esta mujer? Entré en tu casa, y no me diste agua para mis pies; mas ésta ha regado mis pies con lágrimas, y los ha enjugado con sus cabellos.
7:45 No me diste beso; mas ésta, desde que entré, no ha cesado de besar mis pies.
7:46 No ungiste mi cabeza con aceite; mas ésta ha ungido con perfume mis pies.
7:47 Por lo cual te digo que sus muchos pecados le son perdonados, porque amó mucho; mas aquel a quien se le perdona poco, poco ama.
7:48 Y a ella le dijo: Tus pecados te son perdonados.
7:49 Y los que estaban juntamente sentados a la mesa, comenzaron a decir entre sí: ¿Quién es éste, que también perdona pecados?
7:50 Pero él dijo a la mujer: Tu fe te ha salvado, vé en paz.
7:45 No me diste beso; mas ésta, desde que entré, no ha cesado de besar mis pies.
7:46 No ungiste mi cabeza con aceite; mas ésta ha ungido con perfume mis pies.
7:47 Por lo cual te digo que sus muchos pecados le son perdonados, porque amó mucho; mas aquel a quien se le perdona poco, poco ama.
7:48 Y a ella le dijo: Tus pecados te son perdonados.
7:49 Y los que estaban juntamente sentados a la mesa, comenzaron a decir entre sí: ¿Quién es éste, que también perdona pecados?
7:50 Pero él dijo a la mujer: Tu fe te ha salvado, vé en paz.
Jesús nos toma en un estado de pecado, pero en medio de nuestra desesperanza aparece Jesús.
El primer Paso para alcanzar el perdón de Dios: "Nuestro propio perdón"
Somos despiadados con nosotros mismos.
Hemos practicado el pecado por medio de engaños, mentiras, infidelidades, etc., y es por ello que nos parece que Dios esta muy lejos de nosotros y no le merecemos .Creemos que su perdón y su amor son inalcanzables.
Paso número Dos: "Tus pecados son perdonados"
Lc 7:36-39
7:36 Uno de los fariseos rogó a Jesús que comiese con él. Y habiendo entrado en casa del fariseo, se sentó a la mesa.
7:37 Entonces una mujer de la ciudad, que era pecadora, al saber que Jesús estaba a la mesa en casa del fariseo, trajo un frasco de alabastro con perfume;
7:38 y estando detrás de él a sus pies, llorando, comenzó a regar con lágrimas sus pies, y los enjugaba con sus cabellos; y besaba sus pies, y los ungía con el perfume.
7:39 Cuando vio esto el fariseo que le había convidado, dijo para sí: Este, si fuera profeta, conocería quién y qué clase de mujer es la que le toca, que es pecadora.
7:37 Entonces una mujer de la ciudad, que era pecadora, al saber que Jesús estaba a la mesa en casa del fariseo, trajo un frasco de alabastro con perfume;
7:38 y estando detrás de él a sus pies, llorando, comenzó a regar con lágrimas sus pies, y los enjugaba con sus cabellos; y besaba sus pies, y los ungía con el perfume.
7:39 Cuando vio esto el fariseo que le había convidado, dijo para sí: Este, si fuera profeta, conocería quién y qué clase de mujer es la que le toca, que es pecadora.
La intención de buscar el perdón de nuestros pecados es borrar una historia pasada.
Lavar los pies es un símbolo de arrepentimiento y perdón
Jn 13:14
13:14 Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros.
La mujer pecadora, llega sedienta por su culpa y necesidad de arrepentimiento y
Dios mediante su inmenso amor nos otorga su perdón. Todos nuestros pecados son perdonados
Lc 6:36
Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso.
Lc 7:47
7:47 Por lo cual te digo que sus muchos pecados le son perdonados, porque amó mucho; mas aquel a quien se le perdona poco, poco ama.
1º Jn 4:9-10
4:9 En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él.
4:10 En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciacion por nuestros pecados.
4:10 En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciacion por nuestros pecados.
Dios nos amó primero y habiendo recibido este amor, podemos amar a otros.
El amor es perfecto pues fue diseñado por Dios.
En 1ºCorintios se describe la forma magistral de amar.
1ºCor. 13:1-13
Resumen aportado por: Macarena Abarzúa :Neira
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