martes, 27 de agosto de 2013

Devocional Diario: Salmo 23

Sé que hay algunos versículos que podrían denominarse "clásicos". Los escuchamos tantas veces que los manejamos de memoria...
Sin embargo, me he dado cuenta de que por lo mismo, le perdemos el peso que verdaderamente tienen. No digo que seamos inmunes a ellos, digo que los repetimos una y otra vez, sin tomar conciencia plena de las promesas que guardan.

Lees la biblia todos los días, cierto? 
Bueno, te invito a agregar a lectura, un salmo más. Hazlo constantemente... no te darás ni cuenta y verás cómo Dios guarda ésa palabra en tu corazón.

La palabra tiene poder  "porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón" (Hebreos 4:12)

Te invito a reflexionar acerca del poder que tiene la palabra, a que pienses cómo utilizas tu lengua y lo que le dices a otros. ¿Eres de bendición?

Si lo que vas a decir no es más bonito que el silencio, no lo rompas. Así dice un viejo dicho.

Pídele al Señor que te de entendimiento y que guarde en tu corazón cada una de sus palabras, para que TÚ pongas por obra sus mandamientos.


"Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres" 
Juan 8:32




Les dejo un glorioso Salmo. ¡Que tengan un gran día!


Salmo 23

1 El Señor es mi pastor;

Tengo todo lo que necesito.

2 En verdes prados me deja descansar;

Me conduce junto a arroyos tranquilos.

3 Él renueva mis fuerzas.

Me guía por sendas correctas,

Y así da honra a su nombre.

4 Aun cuando yo pase

Por el valle más oscuro,

No temeré,

Porque tú estás a mi lado.

Tu vara y tu cayado

Me protegen y me confortan.

5 Me preparas un banquete

En presencia de mis enemigos.

Me honras ungiendo mi cabeza con aceite.

Mi copa se desborda de bendiciones.

6 Ciertamente tu bondad y tu amor inagotable me seguirán

Todos los días de mi vida,

Y en la casa del Señor viviré

Por siempre.

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